Auténtico y responsable.

El otro día, hablando con un gran amigo, el tío Charles, entramos en un ida y vuelta de cuál es, o al menos debería ser, el rol social de las empresas en nuestro país. Tratemos de tirar unos rayos de luz sobre el tema.

Nadie se cuestiona que el sector empresarial es el que actualmente está generando más cambios en la sociedad, por lo que resulta natural que también asuma su responsabilidad en el tipo de futuro que está creando. Básicamente: su responsabilidad con la sociedad.

En este contexto, el concepto de Responsabilidad Social Corporativa –RSC– se asocia más a un movimiento en proceso, a un concepto en búsqueda de definición, como un medio de transformación social.

Algunos piensan que es preciso incorporar la RSC por asuntos de imagen, exigencias de los mercados externos, por motivaciones éticas o porque mejora la gestión y la rentabilidad de la empresa. Lo que no está en discusión es que las empresas están comprendiendo rápidamente que la RSC es un nuevo desafío que plantea la globalización.

También se ha asumido que la desconfianza que tradicionalmente las comunidades han sentido hacia las empresas privadas, hoy se ha visto incrementada por los escándalos que han estremecido al mundo corporativo, al verse involucradas empresas con altos estándares éticos.

En pocas palabras, con la crisis en alza es 100 veces más importante que la imagen de tu empresa esté pipi puku o como diría mi gran amigo Pedro: IMPECÁ!

La RSC se basa en lo que las empresas pueden hacer y no en lo que deben hacer. Se trata de oportunidades, no de obligaciones ni de nuevas reglas. Se trata del modo de agregar valor a la empresa mediante un análisis más detenido de algunos de los aspectos sociales y medioambientales de las actividades empresariales.

Desde el punto de vista del empresario, la Responsabilidad Social Corporativa debería significar un cambio grande en la empresa, en su desarrollo, en su visión y en la estrategia que trae grandes beneficios para la misma.

La RSC genera valores agregados como: INNOVACIÓN. TRANSPARENCIA. EFICIENCIA Y RENTABILIDAD. DESARROLLO SOSTENIBLE. CONFIANZA Y SEGURIDAD. REPUTACIÓN Y LEGITIMIDAD.

La conciencia de una Responsabilidad Social Corporativa parte del reconocimiento que la empresa no es solamente una institución que se dedica a vender productos o servicios para obtener ganancias, sino que dependiendo y nutriéndose de su entorno, ella influye necesariamente sobre este. Se suele decir que la empresa debe ser un ente de naturaleza social con una misión de servicio a la comunidad, de gran solidaridad y preocupación por el bienestar colectivo. Esto significa que debe ocuparse no solo de su crecimiento económico, sino también del bienestar comunitario. Significa que si crecemos como empresa dentro de una sociedad que no avanza tenemos un techo que eventualmente nos va a decir “hasta ahí nomás mi rey”.

En la práctica, la responsabilidad social es una forma de asumir la dirección estratégica de la empresa. Lastimosamente muchas veces es confundida con alguna especie de mecenazgo, es importante tener en cuenta que no son acciones filantrópicas, desarticuladas de la dinámica de la empresa y su entorno. La responsabilidad social busca más un mayor compromiso de los trabajadores para con los objetivos y la misión de la empresa y de la sociedad, de manera a incrementar la productividad con el objetivo de mejorar las utilidades de la empresa y garantizar sostenibilidad a largo plazo.

Cuando todo está dicho y hecho lo importante de rescatar de la RSC (creo yo) es que una empresa debe ser tomada como un ser humano. Están los egocéntricos, están los vagos, están los entusiastas y están los que estiran la mano con ganas de ayudar. Estos son los auténticos. Estos son los que deberían estar más a menudo.

Esteban Aguirre Barrail / www.lanacion.com.py