miércoles, 6 de mayo de 2009

La RSE 2.0

Qué hacen las empresas IT para promover la sustentabilidad. La apuesta de 10 firmas.

La revolución de la tecnología también llegó a la Responsabilidad Social Empresaria (RSE). El concepto, que hasta hace algunos años parecía focalizarse solamente en acciones de asistencialismo o donaciones, ya lleva varios pasos dados en el camino de la sustentabilidad. Una idea más amplia y que abarca no solo a los clientes externos, sino a todos los públicos con los que interactúa una empresa: empleados, shareholders, proveedores y comunidades.

Las compañías buscan incorporar la RSE a la estrategia de negocios, como parte de su modelo y no como un elemento secundario. En el mundo de la tecnología, las acciones que hasta unos años eran incipientes, hoy son programas consolidados. ¿Los principales focos? Educación, la brecha digital, el empleo y cuestiones en torno al medio ambiente.

Devolverle algo a la sociedad
“Como suelen ser nuevas y jóvenes, vienen con la esencia desde el vamos de hacer RSE, tienen el chip de devolverle algo a la sociedad”, asegura Lorena Díaz Quijano, gerente de Comunicación Corporativa de MercadoLibre en toda la región y a cargo de Relaciones con la Comunidad. Así nació Mercado Solidario, una iniciativa en la que trabajan con organizaciones sin fines de lucro, que pueden utilizar la plataforma de manera gratuita para recaudar fondos. Hay más de 184 organizaciones registradas y solo el año pasado se vendieron más de 4.200 productos por más de u$s 414.000 a nivel regional. “La Argentina está muy por encima de la región en cuanto a la conciencia de RSE en Internet”, asegura Díaz Quijano. Además, trabajan con organizaciones para donar o reciclar los equipos informáticos y realizan talleres de capacitación para ONGs. “Las acciones siempre están relacionadas con el negocio, que es lo mejor que podemos aportar”, complementa Díaz Quijano. Agrega que los empleados se involucran difundiendo las subastas a beneficio y se postulan para dictar talleres. “No tenemos un programa de voluntariado formal, pero pronto”, anticipa.

“Solo el 2% de la población mundial accede a la tecnología. Desde ese punto de vista, está todo por hacerse”, sentencia María Cozzi, gerente de Relaciones Institucionales de Grupo Prominente. En la compañía, apuestan al trabajo con ONGs que quieran mejorar su gestión: desde 2007 trabajan en el desarrollo de un sistema propio para medir indicadores de RSE, ayudándolos a tener un proceso sistematizado y online. La otra pata está en el trabajo con la Fundación Inclusión Social Sustentable, una ONG especializada en inclusión digital. “Con ellos trabajamos en Villa Libertador, capacitando a más de 160 jóvenes con herramientas como el Word, gracias a un acuerdo con Microsoft. Este año, vamos a avanzar para participar en actividades de emprendedorismo a nivel digital”, avanza Cozzi. Además, incluirán a la tercera edad. “Desde este año estamos trabajando con el voluntariado y la idea es trabajar por región: va a ser el desafío de 2009, aunque los empleados ya tienen los canales de comunicación para opinar”, explica Cozzi.

Acortar la brecha
“Recién ahora las empresas están internalizando el concepto (de RSE), antes era importado. Pero la sustentabilidad es también un buen negocio”, asegura Mariana Iribarne, directora de Asuntos Públicos de Intel Argentina. En la empresa aplican el concepto abarcativo de RSE. “No sólo la actividad comunitaria. Analizamos también el manejo con los proveedores, por ejemplo, y apuntamos a la sustentabilidad del negocio”, dice.Hace 40 años y con la educación como pilar, Intel comenzó programas para fortalecer el sistema educativo a nivel universitario, aunque en los últimos años bajó el escalafón para focalizarse en los niveles de Primaria y Secundaria. “Intel Educar es el programa más grande que apunta a formar a los docentes a cómo incorporar la tecnología al aula, adaptando los contenidos”, explica Iribarne y agrega que, en el mundo, ya llegó a 6 millones de maestros. Desde el año 2001, se aplica en la Argentina, donde se capacitaron 70.000 docentes en 20 jurisdicciones.Otro de los programas es Estudiantes como Científicos, que apunta a capacitar a los docentes en la preparación de proyectos de ciencias y a través del cual auspician la Feria Nacional de Ciencias. A ello se suma el desarrollo de dispositivos específicos para la educación, como la computadora Classmate.

Un pilar adicional es el voluntariado.
“El año pasado el presidente puso el desafío a nivel mundial de donar 1 millón de horas de voluntariado y llegamos a 1,3 millón. Por cada hora del empleado, la empresa hacía una donación en dinero a ONGs”, cuenta Iribarne. Para el cuidado del medio ambiente, “nos aseguramos que todos los procesos de manufactura y las operaciones tengan el menor impacto posible”, dice. Allí, se inserta la iniciativa Climate Savers Computing, destinada a que las empresas compren equipamiento con menor impacto ambiental y una campaña de concientización de cómo usar la computadora para reducir la huella de carbono.

Educación también es el pilar de Sun, desde Sun Learning Services, que incluye la capacitación para socios y clientes de negocios, con un área orientada a programas de comunidad. “Desde acá, una de las funciones es generar programas sociales que tienen como objetivo el desarrollo social más que el asistencialismo”, explica el Chief Learning Officer, Carlos Laborda.Para ello, buscan el apalancamiento entre el Gobierno, la educación y el sector privado. Comenzaron en 2005 con un programa conjunto con la Secretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo. Con ellos buscaron generar un programa de capacitación tecnológica que pudiera estar dentro de ese paraguas. De allí, surgió Entertech, a través del cual forman tres perfiles: público recién iniciando la universidad, personas de entre 18 y 24 años sin educación universitaria y casi en riesgo social, y usuarios con diferentes capacidades. Llegaron a 2.500 personas, articulando con universidades y un website laboral. A eso le siguió Entertech II, con más tecnologías incorporadas. “Ahora, debido a una partida presupuestaria más importante del Ministerio, se firmó un protocolo con ellos y CESSI (la cámara del sector) para capacitar a 12.000 personas en el nuevo programa, Control F”, cuenta Laborda. “La idea es preparar a docentes que no pueden acceder a un empleo de calidad para que cualquier compañía tecnológica o el área de sistemas”, explica Laborda.

En el caso puntual de Sun -porque también participan otras compañías-, hay dos programas de capacitación en Java más dos planes en dos casos de sistema operativo UNIX y un currícula de administración de base de datos MySQL.

Conecta-RSE
En el mundo de las telecomunicaciones, las empresas también apuestan por la sustentabilidad. “Nuestros principios de trabajo tienen que ver con convocar a todos los públicos para favorecer el acceso al conocimiento y para un uso consciente de la tecnología”, sintetiza Cynthia Giolito, gerente de RSE de Telecom, que presentó su reporte del área el año pasado. En alianza con la UTN, el programa Telecom Profesores para el Futuro alcanza a docentes de escuelas medias y universidades. “El año pasado llegamos a 700 y este año empezamos a ensayar para los maestros de escuelas primarias”, cuenta Giolito.

El objetivo es darles herramientas para que hagan un uso pedagógico de la IT. Por ejemplo, que diseñen su página Web o hagan simulaciones con programas de código abierto. Se le suma Sentidos Conectados, una iniciativa de e-learning para “acortar la brecha digital entre el docente y el alumno, a través de kits con actividades lúdicas o didácticas, como fotoedición o filmación de una fotonovela con celular”, según explica Giolito.
En 2008 participaron 9.000 docentes de 2.500 escuelas del país.También desde otras disciplinasMás alejada pero cerca de la tecnología, la química, DuPont -con 550 empleados en la Argentina-, invertirá este año u$s 82.000 en programas de Relaciones con la Comunidad. “Están enfocados en las áreas de ciencia, educación y seguridad vial”, explica Silvia Bulla, gerente de Recursos Humanos de DuPont Argentina, que presenta un Reporte Social desde 2002 y que, en el último año incrementó en participación de los empleados un 43 %.

Entre las actividades con sesgo tecnológicos se ubica el Programa de Apoyo al Desarrollo Científico Tecnológico, con el Conicet como socio. Juntos seleccionan un proyecto de investigación. La condición es que cuente con alto impacto social y posibilidades de transferencia tecnológica, al que se le otorga un subsidio de u$s 25.000.

Por su parte, desde General Electric (GE), el trabajo de Responsabilidad Social está formada por tres aspectos: integridad, cuidado del medio ambiente y ayuda comunitaria, según explica Gabriela López Cremaschi, líder de GE Volunteers en Argentina. El programa enfocado al medio ambiente es Ecomagination. Lanzado en 2005, con un portfolio de más de 70 productos, cuenta con una inversión anual en I+D de de más de u$s 1.000 millones anuales. “Cuando comenzamos, GE se comprometió a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en un 1 % antes del fin de 2012 y mejorar la eficiencia en un 30%”, cuenta López Cremaschi. El voluntariado, por su parte, focaliza en la educación de niños.

Los grandes del software
Dentro de los gigantes de software, la RSE también empezó a estar cada vez más presente en la estrategia de negocios. “En los últimos años mejoramos la visión del tema y el año pasado presentamos el primer informe de sustentabilidad global, que tuvo una versión regional”, cuenta Lautaro Spotorno, PR Manager de SAP para la región.

Así, con el objetivo de ampliar el concepto, realizaron un trabajo de diagnóstico que incluyó el tipo de contaminación que generaba la empresa, las políticas para los proveedores y los clientes y el manejo de los recursos humanos. Así, buscan llegar a la sustentabilidad, al impacto de la operación a nivel económico, social y medioambiental, más las oportunidades y los riesgos.“En las acciones de retribución a la comunidad, los pilares son educación, promoción del espíritu emprendedor y medio ambiente”, explica Spotorno.

Dentro de la educación, por ejemplo, tienen el programa SAP Profesional, en el que promueven la certificación y la capacitación en tecnologías para formar consultores externos. “En octubre, firmamos un acuerdo con el Ministerio de Trabajo para otorgar 500 becas, para jóvenes o personas de más 40 años, que ya se entregaron y la mitad terminó de cursar”, dice Spotorno.
Por otro lado, firmaron en enero un acuerdo con la Fundación Endeavor para promover la formación y el crecimiento del ecosistema de emprendedores. "Todavía lo estamos delineando, pero va a abarcar la Argentina, México y Brasil y es a tres años", afirma Spotorno.

La tercera pata es el voluntariado corporativo, que comenzó por iniciativa de los empleados. Como novedad, los empleados de SAP crearon la asociación civil Solidar, en la que la compañía contribuye para su crecimiento.

Del lado de Microsoft, el año fiscal 2009 -que termina en junio- contó con un presupuesto de $ 52 millones para los programas de RSE. “Lo llamamos Ciudadanía Corporativa, porque como ciudadanos globales tenemos responsabilidades con las comunidades con las que hacemos negocios”, explica Jorge Vega, director de Asuntos Corporativos y RSE de Microsoft. La estrategia está englobada en tres pilares. La iniciativa Alianza por la Educación, que es pública y privada, incentiva a que las nuevas tecnologías logren ser revolucionarias en enseñar y aprender contenido. Hasta el momento, entrenaron más de 100.000 docentes, que impactan en una comunidad de más de 3 millones de alumnos.

Demanda insatisfecha
Bajo el rubro innovación, la empresa invierte más de u$s 9.000 millones anuales globalmente. “Y en épocas de crisis, la estrategia es seguir haciéndolo”, asegura Vega. Uno de los últimos lanzamientos fue el programa Biz Spark, con una inversión de u$s 12 millones, para ayudar a microemprendedores y PyMEs tecnológicas con desarrollo y soporte técnico. “Además, estamos haciendo por primera vez en Buenos Aires un congreso con más de 300 científicos e investigadores para mostrar los últimos avances de las nuevas tecnologías, en el que calculamos que se van a inscribir 120 empresas”, anticipa Vega.

La tercera parte es el empleo. “Hay una demanda insatisfecha de profesionales capacitados, por lo que estamos con el Ministerio en el programa Control F, con el que llegamos a más de 3.700 personas, de las cuales 2.000 están desocupadas”, dice Vega. Y añade: “Queremos alcanzar la base más baja de la pirámide, por lo que ya abrimos más de 100 Centros de Inclusión Digital, que impactaron a más de 1.200 personas”.

En el poblado de La Cava (San Isidro, Prov. Buenos Aires), por ejemplo, tienen un centro de reciclado de computadoras que combina el cuidado del medio ambiente con la capacitación para el soporte técnico de las máquinas que son donadas a ONGs o escuelas públicas, a los que también se les provee la licencia de software.“Tenemos beneficios para los empleados que quieren sumarse a los programas y hacemos foros abiertos una vez por trimestre para que cuenten las iniciativas”, explica Vega.

Precisamente de allí surgió Navega Protegido, un programa de voluntariado para escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, en conjunto con organismos públicos, UNICEF y la Asociación Argentina de Pediatras, que, en el último trimestre de 2008, llegó a 1.700 alumnos y planea alcanzar 3.000 en la segunda etapa que se lanza en junio de 2009.

Software para niños
Otra de las tendencias de RSE tecnológica es la unión entre varias empresas y organismos para hacer programas que abarquen cada vez más. Por caso, en Control F, en el que también están Sun y Microsoft, entre otras empresas, se sumó IBM.

La Big Blue también colabora con la Fundación Ledesma y la Fundación Arcor e implementa todos sus programas a través de alianzas con ONGs como Fundación Leer, Fundación Discar, AFS, SES y Kine.
El objetivo principal de la política de RSE es tender un puente entre la tecnología y los sectores de la sociedad que, por escasez de recursos, tienen menos acceso a ella”, explica Ignacio Vaca de Osma, director de Marketing, Comunicaciones y Ciudadanía Corporativa de la compañía.
Como característica, buscan que los programas sean a largo plazo. Por caso, Kidsmart Pequeño Explorador se implementó en 2000 y ya llegó a más de 21.000 niños. Les ofrece a los jardines de infantes públicos la posibilidad de incorporar módulos integrados con computadores multimedia con un software diseñado para niños de entre tres y cinco años.Además, llevan más de u$s 10 millones invertidos en programas universitarios. “Por ejemplo, con la UTN y la Universidad de La Plata desarrollamos el proyecto World Community Grid, que reúne la energía y la capacidad colectiva desaprovechada de millones de computadoras para destinarlas a investigaciones científicas”, explica Vaca de Osma. Y las acciones de voluntariado están canalizadas en el programa On Demand Community, con más de 900 empleados. “Desde el lanzamiento en la Argentina, en 2003, se realizaron más de 15.000 horas de voluntariado”, revela Vaca de Osma.

En BMC, desarrollador de software empresarial, por su parte, pusieron en marcha hace tres años el programa Building My Community y llevaron a cabo el primer proyecto, junto a la Fundación Huerta Niños, a través del cual colaboraron con dos escuelas de Santiago del Estero en el desarrollo de las huertas y con donaciones para los niños y sus familias. “Seguimos y auditamos el proyecto y este año donaremos fondos para la remodelación de una de las escuelas”, explica Lorena García, asistente Ejecutiva para Latinoamérica de la compañía. “Los empleados se involucran mucho", añade.

Entre otras actividades, donaron equipamientos e insumos para las salas de neonatología y pediatría del Hospital Rivadavia y desde hace dos años colaboran con el hogar Sol Naciente en el Bajo Flores. “Preferimos concentrarnos en pocas actividades pero que sean a largo plazo”, asegura.

En Philips también aprovecharon la tecnología que producen para contribuir con la sociedad. Con el foco en el cuidado de la salud y la educación en medio ambiente y ahorro de energía, desde hace 10 años tienen un camión de diagnóstico por imagen con equipos médicos. “Nació en la Argentina, pero la idea se exportó también a Brasil, México y la India”, cuenta María Alejandra Grignani, gerente de Comunicaciones Corporativas de Philips. Ahora se denomina el Camión de la Mujer y está orientado a la prevención del cáncer. “Durante 2008, recorrió la región noroeste de la Argentina, visitando Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Misiones, Formosa y Santa Fe y realizó 3261 estudios”, complementa Grignani. “Estamos lanzando el voluntariado para que los empleados puedan sumarse y, por ejemplo, propongan las escuelas a las que ellos fueron”, dice Grignani. Y cierra: “Las capacitaciones están orientadas en su mayoría al público externo y a los empleados: se empieza por casa”.

Florencia Radici / www.cronista.com

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