La meta es llegar a 500 escuelas en menos de tres años.Con la intención de sensibilizar y concienciar a la población sobre los riesgos de una mala alimentación, la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) desarrolló un programa denominado “La lonchera de mi hijo”, que lleva a cabo con Unicasa y que busca ofrecer información a los padres, representantes y educadores acerca de la necesidad de mejorar los hábitos alimenticios de los venezolanos, con miras a que se conviertan en transmisores y multiplicadores del mensaje.
Esta iniciativa surgió en vista de que diversos estudios demostraron que una desequilibrada alimentación en los niños podría repercutir en distintas enfermedades crónicas como el cáncer, diabetes, obesidad y otros. Eva Martínez, directora de Educación de la SAV, informó que el objetivo es difundir datos sobre la importancia de incluir en la dieta productos como hortalizas, granos, frutas y cereales, así como conocer el valor nutritivo de los comestibles como principal herramienta de prevención.
La idea, explicó, es incrementar el número de personas que reciben conocimientos certeros y acertados sobre las pautas nutricionales, haciendo hincapié en ampliar el consumo de granos, verduras, frutas y cereales, y disminuir la ingesta de grasas, sobre todo las saturadas. “La meta es llegar a 500 escuelas en menos de tres años. No se trata de estar a régimen o dejar de comer un determinado alimento, es expresar que se debe consumir la cantidad y calidad que el organismo necesita para sus requerimientos diarios, permitiéndole estar sano y que sus defensas lo protejan contra infecciones y diversas enfermedades”.
Para el programa piloto, que tomó como muestra a más de 340 estudiantes de cuarto grado de primaria provenientes de planteles de Miranda y el Distrito Capital, se contó con la participación de padres, representantes, maestros y estudiantes, quienes colaboraron entregando material a más de 1.000 niños durante la fase de investigación y desarrollo. Paralelamente, a través de la Unidad Móvil, la SAV alcanzó una población superior a las 4500 personas. El proyecto incluirá escuelas públicas y privadas, donde se enseñará a seleccionar lo que se va a comprar.
Asimismo, hay que sensibilizar a las madres acerca de la necesidad de que supervisen qué comen sus hijos en cantinas o cafetines, de manera de motivar a que en las mismas se ofrezcan mejores alternativas, por ejemplo, comidas que no sean fritas sino horneadas.
Con relación al estatus del plan, Martínez dijo que esperan que se consolide a finales de 2009 y manifestó que para ello deben comunicar el mensaje a 2.000 chiquillos este año, por lo que necesitan más voluntarios. En este sentido, hizo un llamado a todos los colegios a sumarse, así como a cualquier persona que desee participar.
Se espera que “La lonchera de mi hijo” se aplique en otras regiones. En este particular, se supo que desde el punto de vista educativo, la Sociedad Anticancerosa tiene lineamientos centrales de proyección, pero esperarán a tener resultados para desplegarla en todo el territorio nacional.
La mano amiga de Unicasa
Carlos Rivas, gerente de Responsabilidad Social Corporativa de Unicasa, informó que participar en este programa es una oportunidad de oro ya que, a su juicio, tendrá un gran impacto en la sociedad, porque promueve un consumo responsable. Siendo así, su aporte fue imprimir 30 mil ejemplares de una guía práctica de prevención de enfermedades a través de la sana alimentación, porque “hay que apoyar a quienes tengan buenas ideas.” De igual forma, aseveró que además de la inversión (que no fue cuantificada), han hecho un gran aporte de tiempo y talento, pues 3.500 empleados se han mostrado interesados en apuntarse.
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