¿Filantropía o Compromiso social?

En más de una ocasión, este ha sido un dilema muy recurrente a la hora de catalogar una política o acción empresarial dirigida a proveer bienestar a cierto sector de la comunidad en ámbitos específicos. De hecho, el concepto de Filantropía, entendida como "Amor por el género humano o por la humanidad" es intrínseca a la condición de ser socialmente responsable o asumir con convicción cierto compromiso social.

Si revisamos brevemente la evolución de la RSE a lo largo de su historia, observaremos como en la medida que los empresarios y sus accionistas entendían la importancia de atender las necesidades de su gente y su comunidad, la respuesta inmediata era la donación de recursos, sin más artilugios, para casos muy precisos que vienen a resolver una necesidad colectiva. De modo que la Filantropía en estos casos, es considerada como el preámbulo de lo que sería una filosofía empresarial y una nueva forma de producir e interactuar con honestidad, transparencia y altruismo de cara a la sociedad.

Pero esa evolución no se da al mismo tiempo en todos los casos, depende del lugar y el tipo de empresa. Cuando las organizaciones aún no asumen este tipo de alianza con sus stakesholders, o cuando no se ha logrado internalizar en su cultura empresarial y en su plan de negocios, los programas de RSE suelen ser reemplazados por aportes más o menos consecuentes a Fondos, Fundaciones e instituciones de reconocida trayectoria dentro de su especialidad. En entregas posteriores, veremos cómo esta modalidad puede ser una excelente opción para apoyar y darle permanencia a muchas inciativas en diversas áreas.

Aún cuando la Filantropía en las empresas persiste y es muy bien recibida en las comunidades que más lo necesitan, esta práctica le ha dado paso a políticas, planes, y estrategias, donde el aporte en cuestión, se focaliza en áreas donde convergen los intereses de todos. Ahora se trata de programas bien planificados, ejecutados con la participación de la gente, controlados adecuadamente para garantizar su efectividad, y procurando su pemanencia y sustentabilidad en el tiempo. Todo ello, conscientes de su rol de ciudadanos responsables y aplicando en todo momento la fórmula ganar-ganar.