miércoles, 25 de marzo de 2009

Empresas socialmente responsables hacen sostenible el desarrollo

Hablar de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) lleva, necesariamente, a conversar con Italo Pizzolante, presidente de la Alianza Social de Venamcham, quien está convencido de la necesidad de que las empresas sean socialmente responsables, conscientes del impacto positivo o negativo de sus actuaciones, incluyendo la forma en que conciben sus negocios, ya que a través de dicha premisa -asegura- se pueden lograr no sólo buenos negocios, sino poderlos mantener y preservar.

- ¿Es la RSE un negocio?
- Para mí negocio es todo aquello que favorece a más de una parte, en consecuencia, por eso, si se entiende la RSE como un negocio que favorece al empresario que la desarrolla, eso no es RSE, eso es un negocio miope y con visión cortoplacista (sic). Lo que si es cierto, es que la RSE debe estar vinculada y alineada al área de negocios en el que te desarrollas. Hay mucha confusión en el mundo empresarial, inclusive en la sociedad, de lo que es y no es RSE, porque tradicionalmente fue muy vinculada a programas o proyectos de áreas especializadas de la empresa, -si es que existían- o de fundaciones que creaba la empresa o en convenio con organizaciones de desarrollo social expertas en el desarrollo de programas sociales, cuyas iniciativas en nada estaban vinculadas con la actividad empresarial. En consecuencia, las áreas de planeación, de tesorería, de ventas y de recursos humanos de la empresa desconocían completamente la acción social y el último en enterarse era el empleado. Esta situación hacia correr el riesgo de que la RSE fuera una herramienta de Relaciones Públicas, lo cual es absolutamente perverso. Eso ha cambiado hoy porque hay una convergencia temática de todos los asuntos que impactan a la empresa en su vinculación con la sociedad y que antes estaban cada uno por su lado, relaciones con la comunidad, vinculaciones con el ambiente, relaciones con los empleados y los sindicatos, relaciones con la banca, derechos de los trabajadores, seguridad social, derechos de género, trabajo infantil, entre muchos otros temas que en el pasado todos tenían organizaciones que lo atendían pero que no estaban articuladas.

- ¿Puede haber RSE sin ser una empresa socialmente responsable?
- La existencia de medios de comunicación ha generado una mayor frecuencia informativa sobre estos asuntos y la sensibilidad de la comunidad sobre todas estas iniciativas, -antes aisladas- hoy giran sobre un mismo eje y es el impacto reputacional empresarial. Esto hizo que a partir de lo que se ha hecho llamar sustentabilidad o sostenibilidad en un ambiente donde estos temas han tomado relevancia, la RSE, -a juicio de Pizzolante-, ha pasado a una nueva dimensión que ha denominado Empresas Socialmente Responsables, allí la diferencia notable de hablar de RSE como programas o proyectos a hablar de ESR como proceso de gestión.
Existen empresas que tienen programas y proyectos de RSE y son socialmente irresponsables, porque sus políticas de Recursos Humanos no están alineadas, porque su desarrollo tecnológico no está acorde con el cuido del medio ambiente, porque su forma de vincularse con los sindicatos no está basado en la transparencia, porque sus mecanismos éticos con los accionistas no son fundamentados en confianza por miles de razones. Con una mano trabajan temas de sociedad pero con la otra operan empresas distintas, entonces hoy debemos hablar de Empresas Socialmente Responsables.

- ¿Qué opina de las alianzas sociales estratégicas?
- El estado de consciencia presente en las empresas responsables parte de un valor fundamental: la humildad. Considerar que eres capaz de hacer todo sólo, además de un engaño es una actitud arrogante. El mundo se construye a partir de la complementariedad que nace de las alianzas. Las alianzas complementan visiones, aumentan la velocidad para el logro y garantizan en el tiempo llegar a donde se quiere; pero las alianzas se fundamentan en otro valor sustantivo: la confianza, y esta es un merecimiento. Las empresas que construyen confianza son aquellas que reconocen lo que les falta y lo complementan con quienes lo tienen, entonces, se es una empresa socialmente responsable cuando tiene la consciencia para escuchar no sólo el interés del accionista de la empresa y su expectativa, sino también la expectativa de la sociedad donde esa actividad comercial va a ser desarrollada. El desafío del liderazgo socialmente responsable es encontrar un justo equilibrio entre los intereses de la empresa y los intereses de la sociedad y los diferentes actores donde opera como organización.

- ¿Dónde termina el rol de la empresa y donde empieza el rol del Gobierno?
- En sociedades donde la comunidad tiene los elementos básicos de la seguridad social garantizados y ellos son eficientes y eficaces, la empresa ha encontrado caminos para incrementar su vocación responsable a partir de la filantropía, en áreas como la música y las artes; sin embargo, en sociedades impactadas en lo económico, en las que los servicios no responden a las expectativas de la comunidad, le ha tocado a la empresa privada asumir roles que trascienden lo que le corresponde, y lo ha tenido que hacer, no solamente forzado por intentar contribuir al mejoramiento del entorno, sino por la consciencia de sus lideres de cómo, de alguna manera, paliar esa circunstancia; sin embargo, eso tiene un riesgo mortal.

- ¿Qué papel juega la RSE en el contexto de la crisis global que padecemos?
- En las contradicciones ideológicas, y lo que he hecho llamar el fenómeno de las mareas, la Responsabilidad ocupa un fenómeno relevante. Por fenómeno de mareas describe Pizzolante, lo que le pasa cuando va a Panamá que llega en el vuelo de la tarde y ve de lado a lado una costa preciosa con un mar repleto de gaviotas y uno que otro pescado saltando en el mar, dejándose llevar por la escena, pero cuando se regresó en la mañana del día siguiente, que pasó por la misma carretera rumbo al aeropuerto, en la misma orilla se encuentra que ya no está el mar, que se encuentra a 300 metros de distancia de la orilla del día anterior y ahora lo que ve es un caucho horroroso sobre la arena, una montaña de piedras y desperdicios, un pedazo de madera que quedó de la última vez que pasó un pescador y que nunca se habría imaginado que estaba debajo del agua el día interior. En el mundo lo que pasó fue que bajó la marea y vemos lo que siempre existió pero que estuvo tapado por los intentos de comunicación engañosa, las buenas intenciones mal comunicadas o el trabajo de limpieza que nadie se ocupó de hacer antes, y que ya no se podía ocultar porque no había agua que lo tapara. El efecto de las mareas refleja que algún día la foto va a ser sacada cuando no estemos preparados para ella, porque la vida no puede estar construida sobre una pose.
La Responsabilidad se va a construir no sobre lo que digo que hago sino en lo que hago y lo que mis acciones comunican. En ese momento se sabrá con muchísima precisión quién es quién porque la marea bajó. Eso es una inmensa oportunidad para ser capitalizada porque, además de ser un ejercicio de humildad, de darnos cuenta en qué nos equivocamos, va a ser la posibilidad de corregir, de ampliar y de innovar en lo social porque lo que ha pasado en el país, en la región, sin duda es consecuencia de tareas que estuvieron pendientes. Este es el gran momento para la inclusión, el respeto por las diferencias, en un ambiente de tolerancia.

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