martes, 24 de marzo de 2009

Tributos a la carrera: Planificación vs Reacción

La RSE en esencia es voluntaria, pero en Venezuela un amplio marco legal ampara esta actividad que invitan a las empresas a construir un mapa de inversión social y planificación para cumplir con este deber.

A pesar de que la Responsabilidad Social debe ser entendida como una postura voluntaria de la empresa ante su entorno, dos leyes aprobadas por el gobierno y en vigencia hace aproximadamente 5 años, han constituido una gran oportunidad para llevar adelante acciones externas e internas de Responsabilidad Social Empresarial, dándole aliento a organizaciones de desarrollo social para desarrollar su gestión y abriéndole espacio a un gran abanico de proyectos que fortalecidos a través de estos tributos.

Hablamos de la Locti , Ley Orgánica de Ciencias, Tecnología e Innovación y la Locticsep, aprobada en el 2005 y que supone una contribución que va del 2 al 0,5 % dependiendo de la actividad económica de la empresa y sobre ingresos brutos anuales iguales o superiores a 100 mil unidades tributarias, y la Ley Orgánica contra el Tráfico Ilícito y el Consumo de Sustancias Psicotrópicas y Estupefacientes que dispone la inversión del 1% de la utilidad bruta de la empresa con nóminas de más de 50 trabajadores, en planes de prevención del consumo de drogas con la población interna de la empresa y con niños, niñas y adolescentes.

Estas obligaciones aún toman desprevenidos a algunos empresarios que a esta hora se preguntan a quién van a destinar los recursos. Sin importar el tamaño de la organización, actuar en concordancia a una estrategia planificada de inversión social es imperativo para evitar carreras de última hora y poder ver claramente donde está actuando el aporte empresarial.

Un mapa de inversión social permite establecer las áreas y nichos de acción de la empresa, articular alianzas con las OD y explorar de forma oportuna la cartera de proyectos de interés para la organización empresarial. Pero sobre todo, la planificación permite darle continuidad a planes que generen transformación sostenida en el tiempo, evitando la dispersión y el otorgamiento de recursos intermitentes que comprometen la operatividad de las OD, la efectividad de los proyectos y sobre todo, impiden establecer el nexo real entre las empresas y sus audiencias. Un mapa traza el camino y nos orienta sobre las rutas y el destino. No lo olvidemos a la hora de hablar de Responsabilidad Social.

Nirma Hernández Ingenio, Comunicación y Soluciones Estratégicas

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