miércoles, 13 de mayo de 2009

Responsabilidad Social Corporativa.

El capitalismo es el único camino para superar la pobreza, inducir prosperidad y libertades políticas

Hugo J. Faría.
La implantación de políticas e instituciones promotoras del crecimiento económico tienen más impacto en la reducción de la pobreza que las obras de caridad, porque dichas obras son en buena parte redistributivas mientras el crecimiento crea riqueza, única fórmula conocida para eliminar la pobreza crítica. De modo que la obra de caridad más efectiva en la lucha contra la pobreza es promover el capitalismo. (Aclaro, apoyo las obras de caridad, en particular las de carácter religioso, pero su impacto aliviando la pobreza es mayor en un entorno de crecimiento).

Por otra parte, la principal responsabilidad social de una empresa es producir los bienes y servicios más baratos posibles, ajustados por calidad, contribuyendo a preservar la integridad del salario la cual se ve menoscabada legalmente mediante la implantación de barreras al comercio internacional. Lo que vemos con frecuencia, sin embargo, es empresas que generan beneficios en parte como consecuencia de prácticas mercantilistas destructoras de la competencia, reductoras del sueldo y bienestar a los ciudadanos, y simultáneamente desarrollan proyectos de responsabilidad social como puede ser mejores condiciones de vida para sus trabajadores, apoyo a obras de caridad o promoción de eventos deportivos. Es decir, estos empresarios ocasionan un grave daño social y aparentemente animados por cierto sentimiento de culpa, tratan de aplacar sus conciencias con obras de responsabilidad social.

Esta realidad planteada es parte de un problema más general que es la ausencia de liderazgo empresarial. El cálculo económico personal que sugiero deberían hacer nuestros empresarios es si prefiero vivir en un país donde enfrento poca competencia y genero grandes beneficios, pero donde hay muchos pobres porque hay mercantilismo y socialismo, o un país donde hay competencia, gano menos pero es viable en virtud de la existencia del capitalismo democrático. Por ejemplo, si soy dueño de una cadena de farmacias y promuevo la apertura comercial, la estabilidad y la protección de los derechos de propiedad, es probable que gane menos si viene Wallgreens, pero tengo un país viable con seguridad personal y jurídica.

Lamentablemente estas ideas de libertad económica y promoción del capitalismo en Venezuela "no van para el baile" porque no hay músculo económico detrás de ellas. No hay grupos empresariales de importancia que las apoyen decididamente y se reflejen en la existencia de medios de comunicación impresos y audiovisuales que las divulguen contribuyendo a superar la ignorancia racional que existe en el país sobre la libertad económica.

Defensa del capitalismo
Mientras no demos la gran batalla comunicacional en la defensa del capitalismo, revirtiendo la matriz de opinión propiciada por los medios y alimentadas por algunos grupos empresariales, será muy difícil en democracia superar el problema de la pobreza. Existen, sin embargo, algunas señales alentadoras. Me dice Leonor Filardo que Rafael Alfonzo en Aló Ciudadano valientemente denunció el mercantilismo en Venezuela. Es deseable que sea congruente con esta denuncia como ha sido Jorge Boti. Es más, otros directores de Cedice con presencia en los medios deben seguir el ejemplo de Rafael con un RCTV apoyando desde su línea editorial, por ejemplo, con una "Por estas calles" donde se le vean las costuras al mercantilismo y socialismo criollo. El evento internacional que promueve Cedice con motivo de sus 25 años y la presencia de Sala-i-Martin en Caracas cortesía de Conindustria, podrían ser el pivote de un movimiento empresarial promotor del capitalismo en Venezuela.

Los pueblos a lo largo de la historia enfrentan desafíos críticos para su sobrevivencia. Venezuela se encuentra frente a una encrucijada de inmensas proporciones: superar el desafío del mercantilismo y socialismo. La evidencia claramente está a favor del rotundo éxito del capitalismo como el único camino para superar la pobreza crítica, inducir prosperidad y libertades políticas. Hasta el presente nuestras elites empresariales, intelectuales y políticas no han querido abrazar la defensa de las libertades económicas porque probablemente su implantación ocasionaría menos ganancias empresariales en el corto plazo y ciertamente menos poder para los políticos.

La historia presenta muchos casos de desafíos no superados. Un ejemplo muy conocido fue el de la incapacidad de Roma de superar el desafío de las invasiones bárbaras como consecuencia de su serio deterioro ético.

A no ser que se produzca un Deus exmachina, el proceso continuará, la economía se volverá más socialista y las libertades básicas se verán reducidas a una mínima expresión. El país eventualmente colapsará, los intereses perversos actuales quedarán destruidos creando condiciones más propicias para la reconstrucción del país de las cenizas por una nueva generación. Es lastimoso el inmenso costo a pagar. Nos lo podemos ahorrar si nuestras elites, principalmente las empresariales, son capaces de reaccionar.

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